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lunes, 29 de enero de 2007

Pequitas, aunque ya no tengas y quizá nunca hayas tenido. Cuatro pelos locos que te llueven sobre la frente, un pañuelito que apretás y que no recuerdo.Me dijeron que te pusiste un vestido, no te vi, pero me hubiera gustado mucho; aunque sea por esa sola vez, mirarte y tratar de entender. Leer el paso del tiempo en tu cara, escucharlo en tu voz. No me acostumbro enana, te me volviste grande; aunque si lo pienso siempre lo fuiste.Y es difícil escribir cuando uno habla desde la verdad, hay tanto para decir y no sé por donde empezar. Si por la distancia que me obligó a no estar, a no ver tu vestido, por el tiempo que tanto me faltó, por las palabras que nunca me atreví a decirte, por la caricia que en este momento quisiera darte.Chiquita, nina ¡que linda que estás! Y sólo por eso voy a contarte un secreto, cuando es tarde y te extraño saco un viejo papel, doblado ya mil veces, que alguna vez me diste. Quizá no lo recuerdes, pero lo escribiste vos. Lo doblé por primera vez y lo guardé en mi bolso. Camino acá lo leí y lloré; por tenerte lejos, por tener que irme, por lo que podía faltarte, por ciertas cosas por las cuales antes no había podido llorar.Tengo tu foto que mira desde el escritorio, sabe que al final no pude evitar ser cursi. Se toma el mate y me espía de reojo. Quizá ella también se haya secado alguna lagrima finalmente.


TE AMO.


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