de enterrar deseos, nada sé
recuerdos escasos o ninguno
papeles azules, fotos de quien no conozco
me voy a ir,
lástima que nunca se a dónde.
Ojalá vengas conmigo!
de enterrar deseos, nada sé
recuerdos escasos o ninguno
papeles azules, fotos de quien no conozco
me voy a ir,
lástima que nunca se a dónde.
Ojalá vengas conmigo!
Y el mayor problema, es que ya nada o casi nada, me hace ruido. Y la miro a la psicóloga y pienso: ¿qué voy a decirle luego?. Nada
Quizá sea lo mejor, dado que de un tiempo a esta parte miró videos clips, como pochochos y rara vez , cuando me miro al espejo, me reconozco.
Qué será de mi sin mi flequillo, qué será de vos sin mi.
La lluvia en el interior es el recuerdo de una cascada cayendo a través de las arcadas de la municipalidad, mientras nosotras con quince años, empapadas y abuchonadas, esperamos que pase algún auto por la calle principal.
Siempre que llueve es lo mismo; con las primeras gotas correr a la muni para agarrar los escalones, de a poco empieza a llenarse y el parloteo se hace casi insoportable.
Dos horas, empieza a parar un poco y se detiene el primer auto; todos lo conocemos y uno por grupo se abalanza para ver a quién llevará.
yo con ese estoy peleada, no voy. bueno pero entonces que alguien se quede conmigo. y por qué no le decimos que vaya a avisarle a tati que estamos acá. yo no le digo, yo tampoco.
El auto se va, el semáforo se pone verde y la cascada recobra su fuerza. En el apuro no trajimos el mate y ya no hay monedas para bolsitas de girasol.
Me levanté pensando en Harry Potter, viví los últimos tres días escondida tras un libro, llorando penas que no son las mías.
Leí y releí algunas de sus partes; me reí poco y lloré bastante.
Luego llegué a un epilogo que decía: diecinueve años después y pensé ¿Por qué me odias?
J K Rowling se despertó sobresaltada, de su libro se desvanecían las últimas tres páginas;