Compartir!

lunes, 16 de abril de 2007


No tengo comentarios, porque hablar sería morir. En los próximos diez minutos que restan intentaré respirar lo más profundo posible, tratando de retener cada uno de los aromas que me rodean para recordar luego. Luego, cuando los ojos comiencen a cerrarse y los músculos pierdan definitivamente su tensión.

En una última contorsión pensaré en Bourdieu, las reminiscencias últimas siempre están presentes, e iré perdiendo noción hasta confundir el círculo intelectual con una simple esfera roja, que bien podría ser la bandera de Japón pero no lo es.

Es la última esfera de mi más temprana conciencia, la que me falta ahora al escribir, la que perdí al dejar el vientre, la que recuperaré el día que te vuelva a ver.