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martes, 24 de abril de 2007


La clave del cajero no la sabe nadie. De seguro si pierdo la tarjeta y la encuentra un chorro me saca la guita en menos de diez minutos, pero como la cuenta es mía y las cosas nunca son fáciles para los usuarios tuve que perder toda la mañana tratando de rascarle un mango al banco provincia. Cosa que demás está decir nunca logre.

Podría haberme peleado con el de atención al cliente, pero se estaba quedando pelado y me hablaba de lo bien que le vendrían unas vacaciones.
Al primero que tendría que haber mandado a la mierda es al que me hizo la tarjeta o mejor dicho al que la invento. Este tema de la virtualidad está complicando cada vez más las relaciones, basta con que algún problema nos deje sin Internet para dejar de tener amigos, novio, trabajo y hasta acceso al banco.

Pero la catástrofe mayor se da cuando se corta la luz., durante los primeros 20 minutos todos nos miramos, luego cada cual agarra su celular; otros pegan media vuelta y se acuestan a dormir y algunos, los más maravillosos, disfrutan de un minuto de descanso en la vida de la gran ciudad.

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