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jueves, 29 de noviembre de 2007

Un interminable manía de sentirme desdichada!

Rabia. Y luego el repugnante olor de la orina caliente.

Un rojo pálido en sus mejillas y los años que le pesaban como bultos mayoristas del sucio barrio del Once.

Cruzó la calle como si nadie la observara; el líquido derramado, la incontinencia de años no la hacían sentir peor de lo que ya estaba.

En Uruguay esquina Paraguay venden esos horribles pañales para adultos;

No se inmutó, aún queda algo de dignidad cuando uno se mea encima.

2 comentarios:

Aldoux dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aldoux dijo...

catarsis amigo, catarsis.
te quiero mucho