Ella

Y entonces descubrís que tu novio vuelve a mentirte, si es que se puede hablar de descubrir porque en realidad ya lo sabías pero hacés de cuenta que no, hasta que tenés que dejar de hacer de cuenta qué porque al salir de la ginecóloga lo ves caminar con ella de la mano, cuando la ginecóloga debió haberte atendido media hora antes para que vos pudieras tomar el subte, como todos los días, para no llegar tarde al trabajo y así evitar cambiar de camino y encontrar sorpresas desagradables, como por ejemplo la amante de tu novio y lo que es peor, tu novio junto a ella con esa cara de no saber qué hacer, la misma cara de la vez en que lo echaste de tu casa porque también entonces estaba en algo con esta mujer, que ahora va hasta la esquina y dobla, con la ilusión de que al salir de tu vista de pronto te olvides de que ella existe y de que está con tu novio cuando en realidad él debería estar en el hospital con su abuelo, que tiene cáncer y vive a más de trescientos kilómetros de distancia, ella se va para que te olvides y puedas tomar el colectivo como si nada hubiera pasado, como si hubieses salido de la ginecóloga y tu único dolor hubiera sido el del espéculo, que la ginecóloga usó mientras te preguntaba acerca del clima y de tus actividades del día, y sí, un día lindo, de sol, no pasa nada.