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viernes, 23 de mayo de 2008

ya no más


Hay una psicóloga de traje marrón, con falda corta y blusa blanca escotada. El pelo atado, tirante, doliente.
Con una vara de madera apunta a mi cerebro vencido y repite _no encajás, no encajás_
Entrecierro los ojos y veo el desarrollo de un pelaje extraño en su cara, un miembro pequeño en sus manos, un ello gigante.
La barba me atrapa, me lleva entre luces blancas y azules; en el camino veo a un Darwin que me saluda, un Quijote que llora entre molinos de viento, una manzana.
Abro los ojos, las tiras blancas me duelen. La cama blanca, la pared blanca, la enfermera blanca, mi mente blanca.
Descanso.

2 comentarios:

César J. Miguel dijo...

Tio Querido... A veces me preocupas!

Aldoux dijo...

Hola amigo, hermoso sabado.
Estan lindas las cosas no planeadas.
te mando muchos besos