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miércoles, 18 de julio de 2007

Una silla de un lado otra en frente. Me piden que sea vos, que sea yo y que te diga.

Cierro los ojos, me siento en yo. Tengo la mente en blanco y los ojos llenos de lágrimas. Balbuceo dos lamentos y a oscuras cambio mi posición.

La mente en negro, me contesto, me excuso, nunca será suficiente.

Vuelvo a mi lugar, canto una canción, me dejo caer.

La psicologa se asusta. Corre hasta donde estoy, se agacha y me pregunta: ¿Julio estás bien? Soy Cesar, le contesto.

Junto mis cosas y me voy. En el hall hay un espejo. Me miro. No me reconozco.

1 comentario:

César J. Miguel dijo...

Suena mas triste de lo que en realidad fue!!! Te amo :)